La guerra comercial entre Estados Unidos y China continúa en un punto muerto, con ambas partes afirmando tener la ventaja en las negociaciones mientras el mundo exterior no ve con buenos ojos la posición de Estados Unidos en esta disputa arancelaria. Varios medios de comunicación extranjeros han analizado la situación y concluyen que Estados Unidos está sobreestimando sus propias cartas y subestimando la resistencia y capacidad de contraataque de China, incluso un ganador del Premio Nobel de Economía ha afirmado que el ganador final podría ser Beijing.
Desde que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, impuso aranceles a las importaciones chinas en 2018, la guerra comercial entre las dos potencias económicas más grandes del mundo ha estado en curso. A pesar de varias rondas de negociaciones, las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China no han disminuido y, en cambio, se han intensificado con la imposición de más aranceles y la escalada de retórica agresiva.
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de Estados Unidos por presionar a China con aranceles, muchos expertos creen que la estrategia de Estados Unidos no es sostenible a largo plazo. En primer lugar, Estados Unidos está subestimando la capacidad de China para resistir los aranceles y encontrar formas de contrarrestarlos. China ha respondido a los aranceles de Estados Unidos con medidas similares, como la imposición de aranceles a las importaciones estadounidenses y la devaluación de su moneda, lo que ha reducido el impacto de los aranceles en su economía.
Además, China también ha tomado medidas para diversificar su economía y reducir su dependencia de las exportaciones, lo que la hace menos vulnerable a las medidas comerciales de Estados Unidos. Por ejemplo, China ha aumentado su inversión en tecnología y ha promovido el consumo interno para impulsar su economía.
Por otro lado, Estados Unidos está sobreestimando su propia posición en esta guerra comercial. Aunque Estados Unidos es una potencia económica importante, su economía también se verá afectada por los aranceles que ha impuesto a China. Los aranceles han aumentado los costos para las empresas estadounidenses que dependen de las importaciones chinas, lo que podría llevar a una disminución en la producción y el empleo en Estados Unidos.
Además, la guerra comercial también ha afectado a los mercados financieros globales, lo que ha generado incertidumbre y volatilidad en la economía mundial. Esto podría tener un impacto negativo en la economía de Estados Unidos a largo plazo.
En resumen, la guerra comercial entre Estados Unidos y China no solo afecta a estas dos potencias económicas, sino que también tiene un impacto en la economía global. Aunque Estados Unidos ha estado presionando a China con aranceles, muchos expertos creen que China tiene la capacidad de resistir y contraatacar. Por lo tanto, es importante que ambas partes encuentren una solución negociada para poner fin a esta guerra comercial y evitar un mayor daño a la economía mundial.