El gobierno de Trump en Estados Unidos da un giro de 180 grados en su política de “aranceles recíprocos”. El periódico The Washington Post ha revelado en exclusiva los detalles de las 18 horas que llevaron al presidente a cambiar de opinión. Desde la noche del 8 de agosto hasta la tarde del 9 de agosto, Trump habló con su asesor comercial, varios miembros del Partido Republicano y líderes extranjeros, todos ellos preocupados por la agitación en los mercados globales y la posible recesión económica, instándolo a tomar medidas.
Durante meses, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha estado en una guerra comercial con China, imponiendo aranceles a miles de millones de dólares en productos chinos y provocando una respuesta similar por parte del gobierno chino. Sin embargo, el 8 de agosto, Trump anunció que impondría aranceles adicionales del 10% a las importaciones chinas por valor de 300 mil millones de dólares, lo que provocó una caída en los mercados financieros y una mayor preocupación por una posible recesión económica.
Pero en un giro sorprendente, Trump cambió de opinión en menos de 24 horas. Según el informe del Washington Post, el presidente pasó la noche del 8 de agosto hablando con su asesor comercial, Peter Navarro, quien le advirtió sobre las posibles consecuencias económicas de los nuevos aranceles. Navarro también le mostró una serie de gráficos que demostraban cómo la guerra comercial estaba afectando negativamente a la economía estadounidense.
Además de Navarro, Trump también habló con varios miembros del Partido Republicano, quienes le expresaron su preocupación por el impacto de los aranceles en la economía y en los agricultores estadounidenses. También recibió llamadas de líderes extranjeros, incluido el presidente francés Emmanuel Macron, quien le instó a reconsiderar su decisión.
Después de una noche de discusiones y llamadas telefónicas, Trump anunció el 9 de agosto que retrasaría los aranceles adicionales y que continuaría negociando con China. En una conferencia de prensa, el presidente dijo que había decidido “por el bien de la economía” y que “no quería tener un impacto negativo en la economía”.
Este cambio repentino en la política de aranceles de Trump ha sido recibido con alivio por parte de los mercados financieros y los líderes empresariales, que temían una mayor escalada en la guerra comercial entre Estados Unidos y China. También ha sido bien recibido por los líderes extranjeros, que han expresado su preocupación por el impacto de la guerra comercial en la economía global.
Este giro de 180 grados en la política de aranceles de Trump demuestra la importancia de escuchar a los asesores y líderes expertos en lugar de tomar decisiones impulsivas. También demuestra que, a pesar de su retórica agresiva, Trump está dispuesto a escuchar y reconsiderar sus decisiones si se le presentan argumentos sólidos.
Esperamos que este cambio de opinión de Trump sea el comienzo de un enfoque más estratégico y cuidadoso en la política comercial de Estados Unidos. La economía global es interdependiente y las decisiones unilaterales pueden tener consecuencias graves. Esperamos que el presidente continúe escuchando a los expertos y trabajando con otros líderes mundiales para encontrar soluciones mutuamente beneficiosas en lugar de imponer aranceles recíprocos.